Hoy es viernes, y no debería ser un viernes cualquiera, debería estar nervioso; deberían haberme empezado a entrar las dudas y los miedos porque el domingo debería estar en la línea de salida del Maratón de Castellón. Un maratón son 42.195 metros y un montón de metros más que te has ido metiendo los meses previos, así que sí, debería estar nervioso. Sin embargo, no va a poder ser, y la verdad,siento bastante envidia, de todos los que estaréis ahí.

La verdad, es que Castellón encajaba a la perfección este año. Necesitaba volver a la rutina, encajaba a la perfección tras la Behobia, y joder, es un maratón, que mejor para darle un poco al postureo? Te garantiza entrenos largos, sacrificios, medalla y paella… ¿qué podía fallar?

Supongo nada. El postureo luego tiene estas cosas, primero el psoas y luego la puntilla con el rotuliano. Que si el médico, que si el fisio, ponte unas tiritas de colores, vamos a pincharte agujas, vamos a hacerte una descarga… Todo para darme algo de lo que hablar, porque con esto, al final llevo casi 2 meses con semanas de 20 km… En definitiva, últimamente tuiteo más que corro…

Mañana tengo resonancia y radiografía telemétrica (lo que aprende uno de medicina), ya veréis ya veréis, me acabarán diciendo que tengo una pata más larga que la otra o algo así. Me voy a hacer unas fotos to molonas con las plantillas jeje.

Y el domingo tengo maratón porque joder, no corro, pero estaré pendiente de lo que me hacen Corredora Dominguera (no te vacíes más de la cuenta y dejamos el duelo al sol para la próxima ocasión), El Tío del Megáfono (con causa solidaria) y Xavi Crespo (de este me espero la cronica km a km). Por eso, para vosotros, toda mi envidia, suerte, justicia y paella.

El año que viene me saco la espinita, y de mientras, veremos si hay suerte con el TP60K y que maratón podemos preparar con garantías una vez que me arreglen la pata, aunque la verdad, yo soy más de salir un rato a hacerme fotos al parque.

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