Mamá, quiero ser influencer!

Sí mamá, correr está bien pero lo que de verdad mola, es ser influencer.

Vaya semanitas llevamos con los influencers, la publicidad encubierta o no, y en definitiva, unas redes sociales que parece que han dejado de ser sociales y se han vuelto sólo comerciales. Y claro, en todo esto, nuestros queridos influencers (los de verdad y los de palo y los que no lo son pero les gustaría serlo) tienen su papel.  De todos modos… vamos por partes, que hay mucho al que retratar.

No hace mucho, escuché sorprendido como hablaba sobre el tema el redactor de una revista de esto de correr, una revista que evidentemente, tiene más publicidad que mi TL de Twitter en un mes, y que por norma general, tiene más publi reportajes que cosas nuevas o interesantes que contarnos. En dicha entrevista, comentaba orgulloso que no tenía perfiles de redes sociales, pero sin embargo, criticaba las estrategias de algunas marcas al apostar por promocionarse a través de «influencers». El planteamiento era curioso porque claro, en su revista también escriben (o escribían, hace años que no pasa por mis manos, aunque disfruto de sus publi reportajes y artículos repetidos en twitter una y otra vez) influencers; y porque bueno, su revista no es ni más ni menos que eso, un medio para vender cosas. Así que bueno, ya tenemos por un lado que a alguna revista de correr, no les gustan las estrategias de las marcas, siempre que no sea gastarse el dinero en ellos… (así creo que nunca me van a querer sacar en su portada, no?)

¿Realmente no tienen impacto? Pues hombre, queda claro con el lío de la marca japonesa, el de la charcutera y la de los ibuprofenos y los runners suicidas; que sí, que impacto en las redes tienen, eso sí, igual no siempre bueno. Porque ya sabemos que, por un lado, no nos gusta que nos cuelen publicidad así, sin avisar; y por otro,que en algunos casos, la marca está delegando su imagen (que digo yo que igual es su valor principal) en alguien a quien no controla y que algunas veces, pues igual no es buena idea. Me da que alguno se planteará a futuro una estrategia de comunicación un poco más inteligente.

Lo curioso es que ahora, lo de correr es lo de menos, ahora lo que mola es ser influencer, que a esos les llevan a eventos y les regalan zapatillas. Ya sabeis, el running es la fucking hostia pero this is Spain y a mi lo que me gusta es ser guay. Así que, lo de correr dejó de ser algo que hacías casi a escondidas, y se convirtió en lo más compartido después de vídeos de gatitos. Y las marcas dijeron que eso iba a ser un buen sitio para estar: primero patrocinando carreras y luego atrayendo a quienes ellos consideran que pueden ayudarles a transmitir su mensaje. Te ves a uno que se va con la marca x al evento y, el otro que te pone las fotos en Instagram con más hashtags que marcas aparecen en la foto, la otra marca que patrocina que se busca a un cocinero para promocionar sus eventos, tienes grupos de corredores patrocinados por la industria cervecera (ya sabeis, la mejor bebida isotónica), profesionales que son lo más parecido a un hombre (mujer) anuncio y que convierten el product placement en algo bastante burdo, al que te da la brasa con los famosos códigos de descuento, a los embajadores de marcas, etc… parece casi imposible discernir entre el tuit patrocinado y la opinión objetiva.

Que las marcas estén es algo lógico. No tengo nada contra las marcas ni contra sus acciones comerciales. Me parece perfecto que dentro de sus estrategias comerciales este la figura del influencer. El problema es la imagen cutre que trasmiten algunas de estas acciones y lo pesaditos que pueden llegar a ser.

El efecto colateral de todo esto es que luego tenemos otro grupo, el grupo de los motivaoa. En este grupo tenemos a gente que a toda costa quiere ser influencer, que una mañana se despertó y a su madre le dijo que ya no quería ser artista, que ahora lo que molaba era ser influencer y se puso manos a la obra.

Lo importante para conseguirlo es:

  • Pon en tu perfil que eres #influencer (bueno, eso justo al lado de que has hecho 3x10k y 1x21k, que queda guay).
  • Búscate cualquier marca de nutrición que te de un código de descuento para que compren tus amigos, y lo pones bien grande en tu perfil.
  • Preséntate a todos los concursos para ser embajador de una marca y tómate como un insulto personal que la marca x no lo seleccione.
  • Cada vez que salgas a correr etiqueta a todas las marcas, ellas seguro que te lo agradecerán.

Relax señores, si  como objetivo en la vida tienes ser influencer… bueno, no sé, hazte bloguera de moda, que está mejor visto.

Esto ha sido íntegramente escrito desde un Starbucks mientras tomaba un Caffè Mocca.

Ah, y no os olvidéis de esto… cualquiera puede ser influencer.