La experiencia Mad Cool me ha recordado a la burbuja del running, como diría Jesulín, la vida es como el running (bueno, creo que no era exactamente así pero da igual). De hecho, en varios momentos no sabía si estaba en un festival de música o en una fiesta del running: colas que recordaban a alguna feria del corredor del maratón de Madrid, «avituallamientos» (bueno, cola del bar) del estilo de la media maratón, redes sociales viviendo al margen de la realidad y crónicas de conciertos distantes a lo vivido por los asistentes. Sumémosle a todo esto los disfraces del estilo de la San Silvestre, los grupos con el mismo atuendo, las camisetas de piñas y los calcetines por la rodilla.

Sí, el running y los festivales parece que comparten burbuja. Mad Cool, BBK Live y Iron Maiden el mismo día… Esto sería hablar a ojo de buen cubero de 80.000 + 40.000 + 52.000… 172.000 personas. Además con una presencia de asistentes internacionales notable (como en el maratón «internacional» de San Sebastián) y las marcas y los influencers… Bueno, perdón, para los influencers fue una putada de festival con la red móvil jueguetona sin dejarles subir videos a instagram. Ahora es cuando nos ponemos a recordar las primeras ediciones del Esparrago, el Doctor Music y los conciertos de la orquesta Reflejos en las fiestas del pueblo.

Dicho todo esto, el mundo del running puede ser una fuente de enseñanzas, porque sí, todo lo que se podía hacer mal, ya se ha hecho (bueno no, que año a año siempre tienen la capacidad de sorprendernos):

  • Problemas con la entrada el primer día. Caos para acceder. Problemas con las pulseras. Esto claramente se habría solventado entregando la «bolsa del festivalero» los días anteriores en el patio del ayuntamiento o ECI. El lío, como siempre, lo habríamos tenido fijo con el tamaño de las pulseras para chica pero el resto habría estado controlado.
  • Problemas con el aparcamiento. Colas y más caos. Solución sencilla. Entrada por oleadas. En vez de acreditar tiempos, sería cosa de acreditar histórico de conciertos. Así además se evita el extraño fenómeno de la gente que se sale a los 20 min de empezar Pearl Jam o QOTSA.
  • Colas para las cervezas. ¿Qué pasa? ¿No se os ha ocurrido tirar de los becarios del running? ¡Voluntarios! Esa es la clave, meter voluntarios. Mucho más barato y siempre gente agradecida.
  • Falta de información. Que los asistentes van sin una estrategia clara y no saben qué ver o como moverse por el recinto, pues le pides a David un análisis en blogmaldito y sabemos hasta a que hora hay que ir a mear.
  • Las redes sociales al margen de los problemas, lanzando mensajes de los patrocinadores. Embajadores, el alma de tu festival y el reflejo del festivalero popular. Te coges a tu escuadrón de embajadores y los lanzas, que ya reciben ellos por ti.
  • Que un grupo se queja de que las condiciones no son las adecuadas. Lo descalificas por no llevar la camiseta de la carrera. Rápido y limpio.
  • Que no hay indicaciones para entrar. Track para el GPS.
  • Con el tema del dopaje, lo siento, para eso no encuentro muchas soluciones en el running.

En fin…

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