Mañana para lo bueno o lo malo es el día. Lo que pase tendrá un análisis específico pero lo que está claro es que esto ha logrado lo que su título indica, mostrar como no preparar un maratón. Y como siempre, me lo he pasado bien preparando esto.
La semana previa para mi siempre es más light de lo que supongo que debería ser pero soy de esos que la última semana la lleva regular. Esta vez todo han sido risas, saberse sin posibilidades de acabar (andar en montaña vale, pero en ruta lo llevo mal) hace que esté relajado y más preocupado por ver amigos y saber si los del hotel me cobrarán 1, 2 o 3 horas de late check our.
- Lunes; descanso, de piernas y de cabeza.
- Martes; vamos a por un poco de mambo ¿Dolerá, no dolerá? Pues le metimos series de 1000, a ver que pasaba y en un principio, más allá del frío que hacía, bien, sin dolor (pero hice sólo media hora, que es a partir de donde la cosa empieza a complicarse).
- Miércoles: descanso.
- Jueves: fisio, así que no he visto tampoco que sea el día de probar nada más.
- Viernes: despedida del plan de entrenamiento con «hace frío, paso!».
- Sábado: viaje, feria del corredor y poco más (bueno, estoy en ello).
Veremos en que acaba todo esto el domingo. Soy «optimista» y espero llegar a la media maratón, pero la verdad, todo puede pasar, bueno no, todo no, no ha bajar de 3 horas esta vez tampoco.
Es raro esto de no ir ni nervioso ni preocupado. No he comprobado ni si tenía geles… en fin, yo que sé. El lunes o el martes o cuando me de tiempo a escribir algo de la maratón os cuento.