No os voy a engañar, 2022 no ha sido mi mejor año en cuanto a lo deportivo. Teniendo en cuenta mis nulas exigencias en esto, es jodido que yo diga algo así pero…. no, ahora mismo no se me ocurre ninguna buena frase motivadora de algún gurú motivacional y yo no soy precisamente el Paulo Coelho del running. Eso sí, me podría quejar pero no, que el único hecho objetivo es el que me cuenta Strava: un 30% menos de tiempo entrenado, un 12% menos de kilómetros (he metido más sesiones de bici) y un 27% menos de actividades.

No, no me estoy planteando dejar de correr, tranquilos ¿Qué luz alumbraría vuestros pasos? Pero sí que es cierto que me tengo que sacudir cierta apatía.

En 2022 me he puesto un sólo dorsal (Behobia) y todo porque me engañaron (Raquel, no te lo perdonaré nunca) ¿y en 2023? Pues reconozco que hemos empezado mal. Hace unas cuantas semanas me apunté me intenté apuntar a la media maratón de Madrid pero no sé que pasó que la tarjeta de crédito no funcionó y ¿será esto una señal?… y luego está lo de que hay quien quiere que me apunte a una paseo en bici de montaña, esa que no saco desde hace unos cuantos años. Todo normal. Y a mi que me apetece volver al trail… En fin, que 2023 no pinta mucho mejor que 2022.

De todos modos, pese a que no corro una mierda (78 km en todo diciembre), me he comprado unas zapas y ropa mona para correr. Lo del postureo runner sigue intacto, así que no hay que preocuparse del todo.