Vuelta a Madrid, vuelta al trabajo, vuelta a la oficina, vuelta a la falta de tiempo, vuelta a correr por asfalto, vuelta a la monotonía… vamos, que me apetecía una mierda salir estos días a correr y encima del cansancio que arrastro estas semanas, han aparecido unos dolores muy majos en la rodilla derecha, otros en el glúteo derecho y una uña negra. A que pinta bien ¿no?

Igual esto de los dolores son los achaques de la vejez, que el lunes fue mi cumpleaños (me felicitarías ¿no?).

Dicho todo esto ¿qué pasó?

  • Lunes: cumpleaños y viaje de vuelta a Madrid, así que va a ser que no.
  • Martes: volvemos a ir subiendo ritmos, intervalos Z2 – Z4 – Z2. Pues a ver, lejos de lo que debería. Nada cómodo para hacer unos ritmos ridículos. A ver, podía haber ido peor teniendo en cuenta las sensaciones que tenía pero eso no quita que vaya a tener optar por el plan b para intentar ir algo más rápido.
  • Miércoles: 30 minutos a modo de recuperación pero va a ser que acabó de darme la puntilla de la semana. Vamos, que cojo y con un sospechoso color negro en una de las uñas del pie.
  • Jueves: tocaban series pero empecé con una aguja sacando la sangre de la uña, que no era plan de perderla. Lo siguiente iban a ser las series pero no soy yo de alargar los dolores cuando no toca, así que 3 minutos de carrera y un paseo a la manzana fue el entrenamiento del día.
  • Viernes: descanso, porque lo decía el plan y porque aún dolía.
  • Sábado: cuestas y sin dolor, eso sí, tenía sólo unos 40 minutos.
  • Domingo: remate de la semana con la tirada larga que se quedó a medias… vamos, que aguanté unos 10 kilómetros antes de que aparecieran las molestias. Eso sí, luego compensé esto con un claro entrenamiento cruzado a base de cerveza y gin tonics.

Todo mal. Está claro que esto iba de como no entrenar un maratón y como os podéis imaginar lo de no haber incluido fuerza en el programa, algún tipo de repercusión acabaría teniendo. Pues eso, que esta semana toca fisio, con la única esperanza de que Carmen me arregle un poco.

Por cierto, me he comprado unas pesas, así que vamos a seguir mejorando el espectáculo.