¿Y qué os cuento? Pues que el tiempo se acabó y no, no vamos a estar ni cerca del objetivo. En cualquier caso habrá que darse un paseo por Barcelona, a ver que tal me recibe la ciudad ¿no?.

  • Lunes: vuelta ver a Carmen para intentar recuperar el gemelo y sí, funcionó una vez más. No os voy a engañar, salí cojo para variar pero me acabé olvidando de la molestia.
  • Martes: había que probar que tal y sí, 25 minutos que me sentaron mejor que bien. Al menos un problema menos cara a Barcelona (o eso pensaba yo).
  • Miércoles: descanso no sé muy bien de qué.
  • Jueves: tocaban unas series pero estaba como si me hubiese pasado un camión por encima, así que en vez de salir a correr, dije Postu, escucha a tu cuerpo. Y acto seguido me tumbé al sofá y pedí comida.
  • Viernes: saqué tiempo para el entreno que me salté el jueves, 50 minutos. Os diría que 30 de ellos a ritmo de 10k, pero no, eso no es ni ritmo de 10k ni na. Eso sí, la lluvia me la puedo apuntar de excusa ¿no?
  • Sábado: vuelta a las series y esta vez no fue el gemelo, esta vez quien quiso hacer acto de presencia fue la cintilla. Pero yo que sé, de vez en cuando saluda, así que tampoco le di mayor importancia… hasta el domingo.
  • Domingo: iba a hacer entre una hora y una hora y media, en función de lo que me callera encima y de como me notara. Pues esto se quedó en media hora y la idea clara de que mi maratón de Barcelona no va a ser muy largo este año.

En fin, que nos vemos en la salida o en el bar.