Cuando leí que se iba a hacer una Midnight Trail en Madrid, lo primero que pensé fue, joder, ¿y que se van a inventar para sustituir y bajar al templo del Tibidabo? No veía yo que el cura de Lozoyela fuera a ver con buenos ojos que unos notas con frontales quisieran subir a tocar la campana. Y no, no se inventaron nada y es que, la Midnight Trail de Lozoyuela no es la Midnight Trail de Barcelona (¿esto era obvio no?).

Querer exportar una carrera como la Midnight Trail a un sabado noche en plena ola de calor y a 40 minutos de Madrid, no debe ser fácil, así que ánimo chicos. Pero dicho esto, hay que cuidar más algunas cosas si queréis llegar a 1000 participantes (eso nos soltaron, no sé si faltaban muchas Damms) el año que viene, ¿no creéis?

Centrémonos en la carrera:

Bueno, ciento pocos participantes, con mis queridas embajadoras Merrell pululando por allí. Como podéis imaginar, coger el dorsal y la camiseta fue fácil, y dejar la bolsa en el ropero también. Es más, ni agobios para entrar al cajón 😁, con su speaker (entendible) y todo, presentándonos uno a uno (falto ir coreando) para que fuéramos entrando al cajón.

Salida rápida y fácil, sin graves problemas, de momento no era mucho midnight porque teníamos aun bastante luz. Por delante casi 13km de camino y sendero, con un desnivel más que asumible y que hacían que fuera totalmente corrible. Alguna zona de piedras y alguna zona con ramas bajas o mucho arbusto donde alguno se daba algún susto, pero nada que no te esperes en un trail. Para mi que llevo meses sin hacer apenas kilómetros, se me atragantó a ratos pero iba con un amigo que debutaba con dorsal así que exigía no mostrar que iba jodido, postureo ante todo. En definitiva, recorrido rápido y apto para todos los públicos, aunque con algunas partes que te obligaban a estar atentos.

Por último, emtrada a meta fácil con bocata y cerveza esperando.

Cosas que estuvieron bien:

  • Carrera familiar, creo que tocábamos a un voluntario por corredor.
  • Voluntarios: estuvieron animando en todo el recorrido y ayudaron en todo momento a los corredores.
  • Avituallamientos: correctos, con cerveza, bocadillo de mortadela, donuts y manzana en meta.
  • Facilidades para llegar desde Madrid: había opción de transporte desde Madrid con la organización, aunque bueno, eso resultó ser un punto más que negativo.
  • Juntarme con mis chicas Merrell.

Cosas que no estuvieron tan bien:

  • El tema del transporte: No puedes pedir a la gente que esté antes y tú presentarte más de media hora tarde y sin saber ni como llegar. Los amigos que iban en la furgoneta digamos que no llegaron muy contentos a Lozoyuela.
  • La señalización de la carrera: es una carrera de trail y hay que estar atentos, hasta ahí todo correcto. El problema es que si hablas de carrera rápida y apta para todos, igual en algunos sitios alguno echó en falta algo más de señalización.
  • Las duchas: ¿a oscuras? te mandan al polideportivo a ducharte, llegas y a oscuras y sin ningún tipo de indicación. A oscuras fuera, a oscuras para cruzar la pista y llegar al vestuario y a oscuras en las duchas (había luz en los lavabos por ejemplo). Del agua fria o caliente no vamos a hablar porque creo que con el calor que hacia, como que el agua fría se agradeció.
  • ¿CERVEZA CALIENTE? ¡Coño, esta era la parte fácil! No fue fácil encontrar latas frías…

En definitiva, que para ser la primera visita de Wefeel y tras probar la experiencia en Barna, me quedé un poco a medias, pero también es cierto que el ansia de postureo me hacia tener unas expectativas muy altas. Quienes si sobrepasaron expectativas fueron los voluntarios, a voluntario por corredor.

¿Mil personas el año que viene?