Había pasado más de un año desde que cancelaron el Maratón de Barcelona hasta que el domingo pasado me puse el dorsal y por fin me planté en su línea de salida. En todo este tiempo han pasado muchas cosas, pero centrándonos en lo de correr, no me había vuelto a poner un dorsal. No me había apetecido y todo esto acabó haciendo que las obligaciones laborales y la apatía acabaran ganando a lo de salir a correr muchas veces ¿para qué correr si no tengo al coco cerca?. La experiencia de volver a preparar un maratón (mal) y volver a ponerme un dorsal, reconozco que ha sido más gratificante de lo que esperaba.

Os he ido contando como no preparar un maratón semana a semana y al margen de los kilómetros semanales, he hecho bastantes cosas mal. Tantas cosas mal que creo que me da para un post interesante, así que vamos a centrarnos en lo del domingo y dejemos el resto para cuando vaya sacando algo de tiempo.

La previa me llevó a la feria del corredor a recoger el dorsal.: iba tan emocionado que yo vi el arco de salida y a un speaker y ya está, por allí debe ser, y no, no era exactamente por allí. Pero mira, le di una vuelta, vi a los niños correr, le di la vuelta a toda la Fira, identifiqué donde había quedado al día siguiente (tranquilos, como siempre, no llegué).

Recoger el dorsal, camiseta (no me entusiasma), atravesar la feria y salir, creo que ha sido mi mejor marca en una feria. Sin incidencias, aunque da algo de pena una feria tan desangelada. La marca patrocinadora tenía allí montado un laberinto sin mucho sentido pero bueno, son japoneses, yo que sé, si a ellos les mola, pues bien. Sí, la pegatina de Tirada Larga la dejé yo.

La carrera, hablemos de la carrera que es lo que aquí importa. Eso sí, esta vez igual os doy una visión algo distinta. No es que yo os quiera aquí ningún rollo motivacional ni chorradas varias, ya sabéis, si buscáis eso, este no es vuestro blog. Sin embargo, mis sensaciones está vez han estado por encima de otros aspectos y a eso ha ayudado el como está organizada la carrera y el como la ciudad nos acogió durante la carrera (al margen de los señores de los coches cabreados y los kamikazes de la tercera edad que cruzaban en cualquier punto).

No puedo hablar de cómo funciona el ropero, tenía el hotel relativamente cerca de la salida (por cierto, acabaron siendo flexibles) y a priori pensaba que no acabaría, así que metí un chaleco en el bolsillo del pantalón corto que usé y listo.

El acceso a los cajones, bueno, a ver, aquí tenía una referencia sobre donde estaban por colores, cuando llegué la verdad es que estaba totalmente perdido. Llegué corriendo del hotel, por lo que el calentamiento lo hice por el camino, así que al menos esta vez calenté algo. Tras preguntar me indicaron los globos (obviamente yo ni los había visto) y acceso al cajón sin problemas, sin problemas para entrar y sin mucho control tampoco. Dicho esto, el cajón en el que estaba era amplio y no hubo mayor historia.

Ir a una salida sin nervios es raro. Como ya tenía el partido perdido antes de empezar era como, «bueno, a ver qué pasa ¿y si tengo un buen día? joder, cuando hice mi primer (y único triatlón) fue aquí y llegué con el hombro y el pie jodido, y sin embargo, durante la carrera no note nada… así que, yo que sé ¿por qué no?». A eso sumémosle lo de estar con un dorsal colgado desde marzo de 2020. En fin, que empecé a recordar lo de NO TE FLIPES de David ¿Pero como no fliparse? Que si la palmas, que si ahora suena Barcelona, que si nos movemos… en fin, que en la salida empecé a pensar que a lo mejor no me molestaba la cintilla, que a lo mejor tenía piernas y que yo qué sé. Vamos, que sí, que me flipé.

Y uno sale, y se encuentra que puede correr sin problemas desde el principio. La gente se va colocando y en serio, cada dos minutos miraba el reloj y me decía a mi mismo, NO TE FLIPES. Y la verdad, las pulsaciones parecían estar controladas, me sentía cómodo y oye, pues a ver a dónde llegamos. Además, sorpresa ¿Qué coño hacía tanta gente en la calle a esas horas? Y esto lo digo en serio, nunca había visto a tanta gente animando en una carrera desde tan pronto. En este aspecto, la animación, a ver, público bien, el tema de los tamborcitos… a mi me aburre una mijita, la verdad, y en eso si que echaba de menos algún punto más con música. Pero bueno, para la música ya teníamos a algún «XXX» (completa las «XXX» con el apelativo que consideres oportuno) con su móvil haciéndonos de Dj.

El 5 bien, el 10 bien, el 15 bien… bueno, joder, pues al final va a pasar, que Barcelona me cura los dolores y esto lo bordo. Vamos, que me veía yo llegando. Lo de visualizar hecho… y llegó Meridiana y en el 17 la cintilla dijo «hola ¿te acuerdas de mi?». Primero suave, para un rato después empezar a dejarme claro lo que me esperaba pero me había puesto como objetivo al menos llegar a la media, así que puse un poquito de cara de haber mordido un limón y tiré… al cogerla de vuelta y dejar de subir, pensé que había bajado y que hasta lo podría controlar pero nada, fue mi cabeza. La misma que empezó a jugar. Y sí, no sé si me estoy haciendo viejo o qué pero empecé a ser consciente de que llegar iba a ser difícil y me empecé a cabrear a la rodilla, el no haber entrando bien, el joder, con lo bien me siento hoy por qué la rodilla me tiene que joder… en fin, que tuve varios kilómetros de negación, pasé la media y al girar en Valencia, tuve hasta mi momento de sentir que no podía respirar, vamos, que tuve la pelea con mi cabeza unos cuantos kilómetros antes de lo que tocaba… y la pelea duró 10 km. En el 27 lo dejé. Empecé a recordar la descripción del recorrido de David y ya no había vuelta atrás, si cada subida por mínima que fuera iba a hacer empeorar el dolor, llevando 10 ya jodido. Mejor asumir que esto ya no conducía a nada y que tengo una lata de Estrella Galicia metida en la nevera del hotel.

En fin, que yo creo que voy a tener que volver en abril. Acabar Barcelona se convierte en el objetivo, no por obsesión ni con afán de la medallita. Me lo llevo a la necesidad de revertir las sensaciones. Barcelona, tienes un maratón muy bien montado, donde me he sentido muy cómodo y necesito conocer el final (que supuestamente era la parte bonita ¿no?), así que empecemos a pensar en volver a cagarla.

Por cierto, sacarme la cerve en el hotel después de ducharme, salir al balcón y encontrarme a David Blogmaldito haciendo fotos no tiene precio.